"Reviviendo el pasado" Recorrido por el Museo de Arte Colonial

Por: Mónica Pérez


La semana pasada los integrantes de escena visitamos el Museo de Arte Colonial en la Candelaria, hermoso sitio turístico ubicado en el centro de Bogotá. Comenzamos el recorrido junto a Jenny, la guía del museo quien nos contó la historia de nuestros antepasados, comenzó recordándonos que este lugar fue creado a comienzos del siglo XVII, por el jesuita Pedro Pérez y se inauguró en el año de 1942; espacio que había sido utilizado como biblioteca nacional y sede de la Universidad Javeriana en el periodo colonial.

Entrando a cada sala encontramos pinturas de oleo y dibujos del reconocido pintor Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos, pintor colonial de Colombia, quien trabajo el estilo de barroco hispano – americano, la mayoría de sus pinturas son religiosas donde muestra la vida de Cristo, de la Virgen María y de los santos.

Distintos artistas muy influyentes de la época como Miguel de Santiago, Bernardo Legarda, la familia Figueroa, los Narváez entre otros importantes personajes, hacen parte de este museo, un espacio de recuerdos y cada uno tiene un lugar aquí para mostrar sus pinturas y ayudarnos a reconstruir y conocer más nuestra historia y nuestro legado. Asimismo vimos joyas, vestuarios, muebles, lencería, instrumentos de la época, que eran utilizados por nuestros antepasados, allí podemos descubrir su forma de vida, su cultura y sus ideologías. Distinguimos entre sus recuerdos y sus obras la evolución tanto social, religiosa, cultural, como política a los tiempos de hoy. Percibimos cómo un cuadro, una pintura y sus propiedades materiales, representaban lo que ellos pensaban, sus instrumentos y dioses y por qué no la forma en que tenían que vivir para ser ejemplo de la sociedad y sobresalir a ella.

En este recorrido, fuimos reviviendo la historia colonial; por cada uno de sus pasillos podíamos encontrar cada memoria de los grandes influyentes de nuestra historia, evocábamos sus vidas como si estuviéramos allí en este siglo, viviendo paso a paso sus costumbres, su manera de vivir y de ser persona de una sociedad, comprender en cada pintura lo que cada autor quería representar, una época de heroísmo, de sueños, de piedad, sosegada ante sus vicios e ilusiones. Y por ultimo nos detuvimos en el jardín, allí donde se encuentra el mono de la pila y donde pudimos respirar un aroma que nos dejo viajar hasta aquella época y ser parte de un museo que nos deja el conocimiento de un tiempo que estará en nuestras memorias y en nuestro diario vivir.

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