Cátedra Kapuscinski: Un acercamiento a la realidad del Periodismo Nacional

por:
Marcela González Urueña.

Estudiantes de Comunicación Social y Periodismo de diferentes universidades bogotanas, periodistas en ejercicio y especialistas en el campo de la Comunicación se dieron cita en las instalaciones del norte de la Universidad Central entorno a la segunda versión de la Cátedra Kapuscinski.

Un evento académico en honor a Ryszard Kapuscinski, un hombre bielorruso que prefirió la incomodidad de la profesión y emergió de las guerras sangrientas para contar a través de la Literatura todo aquello que el periodismo le proporcionó de la realidad. El Imperio, La guerra del fútbol, Un día más con vida y Los cínicos no sirven para este oficio, hacen parte del legado que el mejor periodista del siglo XX le dejó a las nuevas generaciones, aquellas que por el avance tecnológico y su dios Google, han olvidado el verdadero significado de ser un periodista.

Los periodistas de a pie, que tenían el mayor acercamiento a los sucesos, aquellos que no sólo eran un observador más sino que se transmutaban en sujetos activos de la misma, se han ido y en su reemplazo generacional surgen aquellos que sólo oprimen el botón de record para grabar y después reproducir datos sin comprobar si ellos son reales o ficticios.

La profundidad se ha desligado del periodismo y en su lugar, la superficialidad es la protagonista de los mensajes autoritarios que a diario transmite el “Discurso Presidencial”. En este marco, los diferentes actores que participaron en el evento desde donde se desarrollaron Diálogos sobre el Periodismo y la Política, afirmaron una y otra vez que es imperioso rescatar los diferentes géneros periodísticos (la crónica, el reportaje, la novela); a la par, utilizar los Medios de Comunicación como elementos de Desarrollo y no sólo como difusores de hechos. Por ello existe la “Necesidad de volver a un periodismo investigativo, sacar datos de la realidad, darla a conocer y no crearla”.

Fabio López, investigador del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales (IEPRI) de la Universidad Nacional, vislumbró el oscuro panorama que vive el país debido a “La Ficción de la Noticia”, consigna resultado de la eficiencia del modelo hegemónico –dominio de las elites sobre las mayorías-, que no sólo le dio un bajo perfil a la guerra contra las guerrillas, sino que además ha producido una cortina de humo haciendo creer a los colombianos que “el país está cada vez mejor”.

Como lo afirmó Hollman Morris, símbolo del periodismo independiente, “el país necesita periodistas con cámara en mano que recorran el territorio nacional”, para recuperar el debate de la opinión pública.

El Periodismo es arte, rigor, creatividad y compromiso con nosotros mismos y con los demás. La información se ha transformado en una mercancía con valores económicos y políticos; los periodistas son simples peones de los grandes empresarios dueños de los emporios económicos, como lo menciona Kapuscinski en “Los Cinco Sentidos del Periodista”. En este marco, son muchos los interrogantes que brotan desde mi escasa experiencia como periodista en formación: ¿cuántos de nosotros realmente estamos dispuestos a ser catalogados como “terroristas” sólo porque nos atrevemos a proporcionar las perspectivas desde los dos bandos? o ¿cuántos aman y se apasionan por este estilo de vida que nos invita a ir más allá? ¿Cuántos seremos capaces de materializar la utopía de la academia para llevarla a una realidad que se aleja a la velocidad de la luz?
“Muchos son los invitados, pocos los elegidos”.

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